NACE UNA MADRE
Hace ya algunos años que di a luz, y por aquel entonces no estaba bien visto que me negara a que a las 7 de la mañana, cuando mejor y más a gusto estábamos durmiendo mi hija (por lo menos ella) y yo, nos despertaran encendiéndonos la luz de la habitación de golpe para llevarse a la niña a bañarla…¿A bañarla…?
Yo no entendía aquello, ni la hora, ni las formas, ni mucho menos que se la llevaran….(yo no podía estar).
Así que amablemente le decía a la auxiliar que no hacía falta, que en un rato me levantaría yo y la asearía. Y les daba las gracias.
La cara de la auxiliar en ese momento era un poema…estupor, sonrisa irónica de medio lado, silencio y cierto juicio velado pero cortante.
Así durante 10 días de ingreso por complicaciones.
Dar el pecho era bastante tormentoso, a pesar de estar vinculada y muy leída, en los métodos, técnicas, liga de la leche, emociones, crianza y vínculo…etc. Necesitaba estar sola para dar el pecho en muchas ocasiones, simplemente porque no me apetecía que me vieran llorar por el dolor. Cuando salía de la habitación era como volver de otro planeta y aterrizar en medio de una plaza pública llena de gente mirándome. Aun así continué dando el pecho durante bastantes meses, porque era lo “bueno”.
Sobreviví a base de Donuts y azúcar en vena, que luego tuve que revisar en terapia.
¿Dónde estaba y que había hecho con todo el cóctel emocional y mental del momento?
Y DESPUÉS QUE?
Nadie nos explica esta etapa de la maternidad, el puerperio.
Ni ésta, ni casi ninguna. Nadie nos prepara o avisa de lo que podemos encontrar después de dar a luz.
Pensaba que los tiempos habían cambiado:
-Se ha implantado el “método canguro”.
-La lactancia materna se incluye dentro del protocolo del post parto como algo a conseguir.
-En algunos (pocos) hospitales no se medicaliza el parto en todas las etapas.
-Los roles y lugares en la pareja se han flexibilizado… etc.
Todo buenas noticias.
Pero la información que me llega a la consulta, de madres primerizas sobre todo, me pone triste.
Observo cómo, en bastantes entornos y ámbitos sanitarios, se las hace sentir culpables por no seguir las indicaciones en el puerperio.
Lo peor es que las críticas vienen de mujeres. Una especie de lucha para ver quien sabe más o quien lo ha pasado peor en el parto, en la lactancia…..etc.
También suegras y madres apoyan en este sentido negativo.
¿Hemos avanzado las que nos consideramos feministas?
Ahí lo dejo.
CONSEJOS, EDUCACIÓN, ADOCTRINAMIENTO y PERCENTILES !!!
“¿no estarás pensando darle un biberón…?”
“ni se te ocurra ponerle ya el chupete!”
“te quejas demasiado!”
“el mío duerme toda la noche del tirón”
“algo no estás haciendo bien porque dar el pecho es estar en el cielo”
“yo estuve dando el pecho un año sin problemas !”
“pues yo me quedé sola y tu padre trabajando”
“la mía come muchísimo y está en el percentil 65!”
Otra me contaba como la médico no la creía cuando insistía en que no había fumado durante el parto, haciéndola directamente responsable de su mastitis.
Sigue habiendo adoctrinamiento, exigencia, acompañada de juicio y crítica…que aumenta la sensación de las madres de frustración y culpabilidad. Sumado al cansancio, cambios corporales, cambios en la pareja, expectativas no cumplidas, presiones familiares, sociales, etc.
Y LAS MADRES SE SIGUEN PREGUNTANDO QUÉ HACEN MAL O PORQUÉ NO VALEN.
La vorágine de caos en aumento.…y en sentido contrario a su autoestima.
Yo afirmo que dar el pecho con mucho dolor, cansancio, llanto de la madre, no es dar el pecho. Esa teta no es buena, como dicen los psicoanalistas. Es algo funcional y operativo, pero estéril. O lo que es peor, un alimento cargado de tensión y estrés.
Es mucho más nutritivo dar un biberón sintiéndose feliz, tranquila, sin persecución ni culpa, que una teta, por muy natural que sea. Si es lo que la madre elige y favorece el vínculo con su hijo.
Que el bebé duerma toda la noche del tirón o lo haga a intervalos no dice nada de la madre ni de la calidad de la crianza….ni si está en uno u otro percentil, o si toma 150 de biberón o teta.
ABRIRSE A LA MATERNIDAD

La maternidad y el puerperio nos toca donde más nos duele: Nos abre a nuestra sombra.
Es un rompimiento físico y emocional necesario para dar paso a algo nuevo, atravesando aquellos aspectos emocionales que no tenemos resueltos.
Es el paso de ser uno a ser dos. Nos pone delante a nuestro bebe interno.
Y también es gracias a esto que se facilita este vínculo emocional vital para un desarrollo psicoafectivo sano del bebé.
Es LA OPORTUNIDAD para dejar salir a la sombra, reconstruir nuestra estructura emocional, ampliarla y poder hacernos cargo de ella…..una aventura garantizada y que no puede compararse con otra, con nada ni con nadie. Mucho menos entre nosotras las madres.
Yo no conozco a ninguna mujer que llegue a la maternidad teniendo sus “sombras” resueltas al 100 %, ¿y vosotras?
Entonces ,¿para qué señalar a la madre como fuente de cualquier disfuncionalidad en el parto o en el bebe?
¿Pará qué compararnos entre nosotras, entre otros hijos, incluso los propios? (esto tiene un nombre , narcisismo secundario, y varios diagnósticos)
VÍNCULO MADRE HIJO VS. CRITICAS Y CONSEJOS. Grupos de apoyo.
“Ni métodos, ni horarios, ni consejos, ni relojes, ni cursos. Pero sí apoyo, contención y confianza de otros (marido, red de mujeres, sociedad, ámbito social) para ser una misma más que nunca.”
Laura Gutman
Ni crítica ni adoctrinamiento es lo que la madre en ese momento necesita.
No se puede pasar por encima de las circunstancias que sobrevienen tras el parto y que nadie nos explica, ni nosotras podemos calcular: ¿cómo gestionar nuestras necesidades y emociones desconocidas hasta el momento? y ¿cómo gestionar las del bebé?
Hay muchos factores que intervienen en el bienestar del tándem madre-bebé, que no se mencionan ni se tienen en cuenta.
Cóctel hormonal, neurobiológico cerebral, la reubicación de la pareja, el ideal de madre, las suegras, las madres, medios sociales, sanitarios…etc.!!
Cualquier indicación que no tenga en cuenta a la madre, y el espacio para el vínculo con su recién nacido (el de ella y el bebé propiamente dicho) va en un sentido no curativo. Y termina convirtiéndose en una fuente más de estrés.
En una manera más de minar su autoestima.
Lo sano es poder comprender que una madre no nace, se hace.
Y cómo ésto ocurre nadie lo explica.
Si no caemos en la crítica o consejo fácil podremos ver el espacio emocional que ha emergido en la madre, muchísimas veces hermoso, otras tormentoso y más necesitado aún de ser cuidado para que ambos estén bien.
Si conseguimos no asuntarnos cuando una mamá recién nacida llora, veremos la multitud de vertiginosos cambios que en su cerebro se están produciendo encaminados a la protección y supervivencia del bebé.
Si tienes eres una mamá gestante o recién estrenada, o tienes a alguna cerca, ten presente esto que acabas de leer.
En resumen dejar espacio para que la madre atienda a lo que está en su interior , para que se nutra y crezca el vínculo madre-bebe
Si sientes que necesitas ayuda para ello o quieres saber más de ti y tu nueva etapa vital, o estar en contacto con otras madres, ponte en contacto conmigo.
“Grupo de apoyo a madres con-madres” – Online y presencial. Psicología sin dramas.